Autores: Olmedo Campos Brizeida Mireya, Díaz Franco Marco Antonio, Mosqueda Taylor Adalberto Abel
Se denomina piercing a la perforación de la piel y/o estructuras adyacentes con el propósito de insertar un objeto para fines ornamentales. En la región facial los sitios más comúnmente sometidos a este procedimiento incluyen a la región del pabellón auricular, región ciliar, labios, nariz y lengua. La falta de medidas higiénicas y el desconocimiento de bases anatómicas y técnicas quirúrgicas conllevan a que con frecuencia se produzcan complicaciones locales o sistémicas asociadas a la perforación tisular o a la colocación de objetos de materiales diversos. Entre las complicaciones más comunes se incluyen: dolor, edema, reacciones alérgicas, traumatismo crónico, desgarres tisulares, riesgo de transmisión de infecciones por VIH, hepatitis B y C, así como por otros agentes virales y bacterianos que pueden transmitirse por contaminación cruzada; también puede verse incrementado el riesgo a cuadros hemorrágicos en pacientes bajo terapia anticoagulante o quienes usan fármacos que afectan la agregación plaquetaria. En este artículo se informa un caso de queilitis y dermatitis de contacto recurrentes, secundarias a la colocación de piercing nasal e irritación cutánea por secreción nasal y saliva; se discuten los aspectos relevantes a su diagnóstico y manejo terapéutico y se hace una revisión de la literatura sobre el tema.
Palabras clave: itis piercing dermatitis de contacto.
2012-11-23 | 1,378 visitas | 3 valoraciones
Vol. 13 Núm.1. Enero-Junio 2012 Pags. 23-29 Rev Cienc Clín 2012; 13(1)