El proceso alveolar es la porción de los maxilares y mandíbula que sostiene a los dientes, o más concretamente el hueso sobre el que éstos erupcionan. Hay dos partes en el proceso alveolar: el hueso alveolar propiamente dicho y el hueso de soporte. El primero es una delgada lámina de hueso que rodea las raíces dentarias. En ella se insertan las fibras del ligamento periodontal. Por otra parte, el segundo circunda la cortical ósea alveolar y actúa como sostén en su función. El hueso de soporte se compone de dos partes: 1) Placas corticales de las superficies vestibular y lingual de los procesos alveolares 2) Hueso esponjoso que se encuentra entre estas placas corticales y el hueso alveolar. Lámina dura o cortical y lámina cribiforme En las radiografías, el hueso alveolar (pared interna del alvéolo) se ve como una línea opaca llamada lámina dura o cortical, está perforado por muchos orificios a través de los cuales pasan los vasos sanguíneos y los nervios del ligamento periodontal, y también se le llama lámina cribiforme, por la presencia de esas perforaciones. En condiciones normales, la forma de la cresta alveolar depende del contorno del esmalte de los dientes vecinos, de las posiciones relativas de las uniones amelocementarias contiguas, del grado de erupción de los dientes y del ancho vestibulolingual de éstos. En general, el hueso que rodea cada diente sigue el contorno de la línea cervical.
2012-08-27 | 67,423 visitas | 7 valoraciones
Vol. 8 Núm.90. Enero 2012 Pags. 14-15 Odont Moder 2012; 8(90)