Autor: Casas Isabel María del Pilar
Comunicando es como mejor se aprende. Los mecanismos que operan en todo el proceso discursivo (elaboración de argumentos, contra-argumentos, silencios, debilidades o contradicciones) permiten llegar a pensamientos a los que difícilmente se arribaría sin la existencia de interlocutores, presentes o distantes. Los encuentros presenciales de nuestra especialidad, a los que con mucho esfuerzo asistimos, son cada vez más multitudinarios y han dejado de ser un espacio placentero para la interacción, la discusión y el diálogo. Sin embargo, hoy la comunicación es posible a través de canales variados. Las comunidades virtuales, por ejemplo, no sólo constituyen una nueva forma de relacionarse, sino que además impulsan trabajos de colaboración en una red de inteligencia distribuida. En este sentido, las últimas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC´s) conforman un escenario donde las interacciones humanas no tradicionales adquieren una nueva dimensión. El término teledermatología incluye a todos los procesos vinculados con el ejercicio a distancia de nuestra especialidad, siendo el denominador común la lejanía física entre los participantes y la consecuente mediatización de los contenidos. Establecer comparaciones con la modalidad presencial es inútil: nada reemplaza el encuentro cara a cara entre las personas. No obstante, esta nueva forma de trabajo no se instala para competir o suplantar el contacto personal, sino para ampliar las posibilidades de interacción y evitar la interrupción de agendas laborales o familiares. La teledermatología redescubre así nuestro rutinario entorno laboral como una riquísima fuente de aprendizaje, cómoda, accesible y amena a la vez.
2011-12-16 | 950 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.3. Septiembre-Diciembre 2010 Pags. 56-58 Dermatol Pediatr Latinoam. 2010; 8(3)