Autor: Araya G Juan Carlos
En los últimos años, y más aún en estos meses, hemos sido testigos y en algunos casos protagonistas de una serie de hechos en los cuales –voluntaria o involuntariamente– hemos tenido que estar involucrados. Lo primero fue la pandemia del VIH/SIDA y que hasta hoy nos tiene en ascuas en tanto no exista una medicación efectiva, venga esta por la vía de una vacuna o de un tratamiento halopático o de otro orden, que permita salvar a la Humanidad de esta grave enfermedad, que es un verdadero talón de Aquiles de los tiempos modernos. Lo siguiente que escuchamos fue sobre el cambio climático y las consecuencias inmediatas que nos afectaron directamente: los fenómenos del Niño y de la Niña, los cuales no solo golpearon las regiones físicas del orbe entero, sino que también implicaron que su acción en lugares en que no era habitual, la gente cambiara hábitos o tuviera que trasladarse a otras zonas y con ello la aparición de algunas patologías desconocidas e incluso el resurgimiento de otras consideradas erradicadas hasta entonces entre esa población. A modo de recordatorio están el cólera, la malaria, el dengue, siendo todos ellos de alto riesgo en países circunvecinos, o la listeriosis en nuestro propio territorio.
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2011-05-05 | 956 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 29 Núm.2. Julio-Diciembre 2009 Pags. 1503-1504. Rev Chil Tecno Med 2009; 29(2)