Autor: González Leyva Arturo
Las glándulas paratiroides, localizadas en el cuello, cerca o adheridas al lado posterior de la glándula tiroides, se encargan de producir la hormona paratiroidea (PTH) la cual controla los niveles de calcio, fósforo y vitamina D en sangre y huesos. Cuando la producción de esta hormona se incrementa, estamos ante un caso de hiperparatiroidismo, el cual se clasifica en los siguientes tipos: Primario. Es propiciado por el agrandamiento de una o más de las glándulas paratiroideas, lo que da lugar a la producción excesiva de PTH, situación que eleva los niveles de calcio en la sangre. La causa más frecuente del hiperparatiroidismo primario es el adenoma único y en un pequeño porcentaje se trata de adenomas múltiples, los cuales se localizan con mayor frecuencia en las paratiroides inferiores, siendo de 6 a 10% de tipo ectópico y no encontrándose en torno del lecho tiroideo. Su peso puede oscilar entre 0.5 y 5g, aunque pueden llegar a los 20g. A mayor tamaño, mayores repercusiones clínicas. En menor proporción, todas las glándulas son hiperfuncionantes debido a una hiperplasia por un proceso hereditario que puede presentarse aislado, en estos casos (infantiles) lo más frecuente es que se presente formando parte de una neoplasia endocrina múltiple (NEM). De manera más rara, puede ser debido a un cáncer (1%). El cuadro clínico viene determinado por las consecuencias de la hipercalcemia y es por tanto multiorgánico, si bien no se sabe a ciencia cierta si es debido nada más a ella, o además, a la acción de la PTH; es posible que ambos factores estén implicados. Los síntomas de una hipercalcemia son: astenia, adelgazamiento con anorexia, inestabilidad en el humor, constipación intestinal y dolores epigástricos.
2010-04-06 | 2,218 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.388. Marzo 2010 Pags. 3 Prescripción Médica 2010; 33(388)