En la práctica y en los estudios de investigación sobre hospitales psiquiátricos se han identificado y cuantificado las múltiples funciones latentes y manifiestas de estas instituciones de salud. Se ha revelado que el hospital psiquiátrico es una institución compleja que proporciona más de 500,000 pacientes hospitalizados, tanto de cuidados crónicos como de agudos, admitidos tanto voluntaria como involuntariamente, y 300,000 casos de pacientes externos seriamente trastornados y en desventaja. Además, los hospitales de gobierno emplean alrededor de 200,000 individuos y entrenan a cerca de 3,000 profesionales cada año. La diversidad y significancia de estas funciones, así como la falla de otras instituciones para suplirlas, cuentan con la fundamentación de los hospitales psiquiátricos (Goldman H. et al, 1983). Hoy, a principios del siglo XXI en que la era de la desinstitucionalización se quiere iniciar, es momento de evaluar el rol de estos hospitales. En estas últimas décadas se ha atestiguado el crecimiento de muchas alternativas ostensibles y esfuerzos determinados a reformarlos, reemplazarlos o removerlos, sobre todo a los de tipo asilar. Hemos aprendido que simplemente cerrarlos, ni reemplazará sus funciones ni cambiará la fuerza social e histórica que les ha preservado. Consecuentemente, cualquier plan para uso futuro de este tipo de instituciones debe reconocer sus múltiples funciones, su población blanco especial, y las diferentes presiones que sostienen por su rol variado (Morrissey 1980, Talbott 1978, Bachrach 1976, Lamb 1972, Zusman 1975, Segal 1980).
2009-01-22 | 1,412 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 17 Núm.5. Septiembre-Octubre 2008 Pags. 141-142 Psiquis 2008; 17(5)