Autor: Gutiérrez Bajata Jesús
El empleo de la palabra dolor no debe hacernos creer que necesariamente se trata sólo de un síntoma que requiere un tratamiento medicamentoso inmediato. Es importante darse cuenta de que el dolor no entraña únicamente una parte física sino también elementos mentales, espirituales y sociales que integran un todo, un síndrome de dolor global. Para cualquier médico es familiar el dolor causado por las metástasis óseas, pero puede no ser tan evidente el sufrimiento psicológico que conlleva saberse portador de una enfermedad fatal. El sufrimiento social es ilustrado por la imagen del hombre adulto, parte de la familia y sostén económico de la misma que ve desaparecer su capacidad de apoyo económico. Su dolor espiritual surge de las dudas existenciales: ¿por qué yo?, ¿acaso existe un Dios? Estas reflexiones son comunes en creyentes y agnósticos en el periodo final de la vida que nos cuestiona acerca del fin último de la existencia. El lamento bíblico de Job nos ilustra también a este respecto cuando dice: “¿por qué razón fue concebida la luz a un desdichado y la vida a los que la pasan como yo, en amargura de ánimo? Los cuales están esperando la muerte, la que no acaba de llegar, como esperan los que cavan en busca de un tesoro”.
2008-05-23 | 876 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 5 Núm.7. Marzo-Abril 2008 Pags. 15-18 Dol Clin Ter 2008; V(7)