Autor: Ruiz Morales Álvaro J.
La atención médica en las unidades de Cuidado Intensivo concentra la mayor cantidad de intervenciones y recursos tecnológicos posible. Esto significa también la concentración de la mayor cantidad de dificultades éticas en toma de decisiones, mucho más allá del uso o no de un método: intervenciones con implicaciones serias, repercusiones a largo plazo y decisiones urgentes, sin oportunidad de consulta o consentimiento. La atención al paciente debe tener objetivos claros: ofrecer el cuidado más correcto y oportuno; guardar proporción con la enfermedad, con el pronóstico y con la comorbilidad existente. Y sobre todo, adecuarse todo lo posible a los deseos, expectativas y esperanzas del paciente, siempre en procura del mejor bienestar de él mismo y de sus familiares. Una vez hecha la evaluación global de la situación de salud, debe decidirse si puede corregirse (eventualmente curarse) o si el pronóstico implica que no hay corrección posible. En este último caso, debe hacerse una segunda evaluación: si bien se considera que el pronóstico es malo, puede serlo a corto plazo (horas a días), a mediano plazo (días a semanas) o a largo plazo (meses o años). Hay claras implicaciones en las decisiones que puedan tomarse después de hecha esta clasificación. Una vez evaluada la situación, debe tomarse las medidas necesarias para proveer el cuidado que corresponda, que puede ser administrado en diferentes entornos, dos de los cuales son los extremos opuestos en el espectro de utilización de recursos y tecnología, así como en los ambientes ofrecidos: en un extremo está el paciente en su hogar y familia, con un mínimo de invasión, intervenciones y modificaciones en sus hábitos. En el otro extremo está la Unidad de Cuidado Intensivo, con aislamiento relativo y enorme potencial de intervención.
Palabras clave: Unidad de Cuidado Intensivo.
2007-05-31 | 4,283 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 43 Núm.1. Enero-Marzo 2002 Pags. Univ Méd Bogotá Colombia 2002; 43(1)