Autor: García Alonso Luz
Las normas morales son universales; su observancia es un reclamo de la naturaleza misma del hombre y lo que lo perfecciona como tal. El orden moral abarca todos los actos voluntarios libres, incluso aquellos sobre los que no puede juzgar sino el autor del orden moral y el sujeto actuante. El relativismo moral consiste en negar que hay acciones humanas de suyo moralmente buenas o malas. Los filósofos de la moral han formulado tres principios éticos que precisan las condiciones en las cuales resultaría lícito el transgredir una prohibición moral relativa. Principio de totalidad. Cuando el fin de la parte no es otro que el fin del todo, la parte puede supeditarse al todo total o parcialmente. Este principio rige el ámbito del todo corpóreo del hombre. Principio del mal menor. Aplica para resolver conflictos en los casos de conciencia perpleja, cuando situado entre dos deberes, el agente cree obrar mal, posponer la elección y pedir consejo prudente, si esto no es posible, deberá inclinarse por el mal menor. Principio del voluntario indirecto, también llamado acto de doble efecto, es aquel en el que, queriéndose el efecto bueno de la acción, se tolera un efecto malo previsto. Este principio permite que algunas prohibiciones relativas o no intrínsecamente malas, puedan justificarse.
Palabras clave: Bioética normas morales.
2006-12-12 | 16,523 visitas | 2 valoraciones
Vol. 17 Núm.42. Enero-Marzo 2007 Pags. 9-19 Rev CONAMED 2007; 12(1)