Autores: Mudgal Jyoti, Guimaraes Borges Guilherme Luiz, Díaz Montiel Juan Carlos, Flores Yvonne, Salmeron Castro Jorge
Antecedentes: Los reportes sobre la carga de la enfermedad para distintas patologías en todo el mundo y las encuestas conducidas en México informan que la depresión es un problema común y una de las primeras de años de vida perdidos. Entre 9 y 13% de la población adulta mexicana sufre alguna enfermedad depresiva grave. La prevalencia es doble en las mujeres en comparación con los hombres; los jóvenes y ancianos presentan altos niveles de depresión en comparación con aquellos de mediana edad. La mayoría de las personas con enfermedad depresiva no busca tratamiento, aunque casi todos podrían ser ayudados. En algunas familias, la depresión grave parece ocurrir una generación tras otra, aunque también puede manifestarse en personas sin antecedentes familiares. Por otro parte, una autoestima baja, cambios estresantes o un estrés crónico también pueden desencadenar un episodio depresivo, o bien favorecer la recurrencia o la cronicidad de los síntomas depresivos. Asimismo, en los últimos años se ha mostrado que enfermedades como el infarto al miocardio, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales pueden causar enfermedad depresiva, lo que a su vez puede influir en la disposición del enfermo para atender sus necesidades físicas y prolongar el periodo de recuperación. Muy a menudo, una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales interviene en el comienzo de un trastorno depresivo. El estrés crónico cumple un importante rol en la etiología de la depresión. A su vez, éste se encuentra muy relacionado con características sociales y económicas del individuo. Se conoce muy poco acerca de los principales determinantes de la enfermedad depresiva en México. Es posible que, debido a diferencias culturales y sociales, en el país estos factores se distribuyan de manera diferente a lo que ocurre en otros y que tengan un impacto diferente en la población mexicana. Por lo tanto, en este estudio se examinó la asociación entre el estrés laboral crónico y la existencia de enfermedades crónicas con la depresión entre un grupo de trabajadores del Sector Salud en México. Objetivos: El objetivo de esta investigación es estimar la frecuencia y la distribución de la enfermedad depresiva grave de acuerdo con las características sociales de una población de trabajadores de la salud en México. El segundo objetivo es estudiar la asociación entre el estrés en el trabajo, las enfermedades crónicas y la depresión. Métodos: Se desarrolló un estudio transversal con una población base de 4048 trabajadores, que participaron en el proyecto “Cohorte de Trabajadores del IMSS-Morelos”, durante el periodo de octubre de 1998 a marzo de 2000. Los participantes contestaron un cuestionario autoaplicable con que se recolectó información sobre condiciones de exposición a diversos factores de estilo de vida, características sociales, estrés en el trabajo y enfermedades crónicas. Por medio de un análisis de regresión politómica, se evaluó la asociación entre características sociales, estrés y depresión moderada y grave. Para estimar las diferencias de género en los efectos de las características sociales, del estrés y de la depresión, se realizó un análisis estratificado por sexo. Resultados: Nuestro análisis muestra que 12% de los trabajadores sufre depresión. Sin embargo, en comparación con los hombres (8.9%) la prevalencia en las mujeres es casi el doble (14.4%). Además, los resultados señalan que las características socioeconómicas de los trabajadores se asocian de manera significativa con el nivel de depresión. Así, ser mujer, estar separada de la pareja, tener menor educación, laborar en un trabajo no profesional, recibir un menor ingreso, se asocian positivamente con la depresión. Tener un trabajo menos satisfactorio y padecer más de una enfermedad crónica también se asocian positivamente con la depresión. Sin embargo, hay diferencias de género y el análisis estratificado por esta variable señala que el efecto del nivel socioeconómico, en términos de ingreso y ocupación, se asocia significativamente con el nivel de depresión de las mujeres. Cabe señalar que estos factores económicos no mantienen una relación significativa con el nivel de depresión de los hombres. Aun así, en éstos, el efecto de ser soltero es mucho más fuerte (OR = 3.5, IC95% 2.11-5.33) en comparación con las mujeres (OR = 1.52, IC95% 1.18 -1.95). No hay diferencias de género para los efectos del estrés en el trabajo y las enfermedades crónicas. Conclusiones: Nuestro análisis señala que hay una relación entre un menor nivel socioeconómico y un mayor nivel de estrés y las enfermedades crónicas. Por lo tanto, es posible que el efecto de las características sociales en la manifestación de la depresión esté mediado por la presencia de estrés y enfermedades crónicas.
Palabras clave: Depresión estrés enfermedad crónica.
2006-11-27 | 4,144 visitas | 4 valoraciones
Vol. 29 Núm.5. Septiembre-Octubre 2006 Pags. 1-8 Salud Ment 2006; 29(5)