Autor: Castro Peñalver Pedro Elías
Algunos docentes o profesores que investigan, posiblemente por la falta de motivación y decisión, temor a no hacerlo bien o a la presencia de ciertas limitaciones para la elaboración de sus manuscritos, no dedican parte de su quehacer a comunicar sus observaciones sobre aquellos temas o problemas que les toca investigar o analizar. Publicar es algo que resulta de gran valor e interés para el mejor cumplimiento de la función profesoral. La aparición del beneficio económico otorgado a través de la Comisión para el Beneficio Académico (CONABA), ha servido posiblemente de estímulo para que más profesores cumplan con la exigencia de dar a conocer el producto de sus análisis y discusiones, pero independientemente del reconocimiento o distinción que podamos o no recibir por el trabajo y dedicación que cumplimos, debemos tener siempre presente que es conveniente y aconsejable divulgar lo que investigamos o que examinamos en nuestra labor. Claro está, que la premiación recibida constituye un factor contribuyente para una mayor producción científica. La condición de catedrático no debe hacerse valedera solamente por la presencia cotidiana en el aula, sino a través de la proyección que se ofrece al publicarLas limitaciones en la preparación de manuscritos que algunos de ellos nos refieran, nos hace aconsejar la asesoría oportuna la cual, junto al interés y la constancia en la elaboración del trabajo o el artículo, contribuyen a superar las posibles fallas de redacción y a organizar y presentar mejor las informaciones y contenidos.
2006-06-16 | 1,292 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 7 Núm.1. Enero-Diciembre 1998 Pags. 54 MedULA 1998; 7(1-4)