Autores: Sosa Vázquez Martín, Orea Solano Modesto, Flores Sandoval Graciela
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, con remisiones y exacerbaciones, pruriginosa y que se relaciona con rinitis alérgica, asma o ambas. Existe una compleja interrelación de factores genéticos, ambientales, inmunológicos, farmacológicos y psicológicos que contribuyen al desarrollo y gravedad de la enfermedad. Las aberraciones inmunológicas se manifiestan como: elevación de anticuerpos IgE específicos hacia antígenos comunes, mayor liberación de mediadores proinflamatorios por basófilos y mastocitos, eosinofilia periférica y local, actividad bifásica Th1/Th2 con liberación de citocinas (IL-4, IL-5, IL-13), GM-CSF y disminución de IFN-gamma por las células Th1, aumento en la liberación de proteína básica mayor, proteína catiónica de los eosinófilos, además de la expresión de factores quimioatrayentes por los monocitos (RANTES, eotaxina, péptido intestinal vasoactivo, etc.). En 1980 Hanifin y Rajka dieron a conocer los criterios diagnósticos para dermatitis atópica, mismos que se aceptaron universalmente como estándar para el diagnóstico. Leung reportó que "un conocimiento sobre las bases inmunopatológicas de la dermatitis atópica tiene implicaciones clínicas importantes para el diagnóstico y tratamiento.'' Debido a la complejidad de la enfermedad se dispone de múltiples opciones terapéuticas. Entre estas están la talidomida y el factor de transferencia como tratamiento inmunomodulador con seguridad aceptable y eficacia clínica.
Palabras clave: Dermatitis atópica talidomida factor de transferencia.
2002-12-21 | 2,635 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 48 Núm.1. Enero-Febrero 2001 Pags. 15-24 Rev Alergia Mex 2001; 48(1)