Fragmento

Ante el proceso inexplicable, inasible e inexorable que ha seguido la medicina, al igual que el resto de las ciencias, por el cual ha aumentado y sigue aumentando logarítmicamente su complejidad, un refugio, debemos hacer un ínfimo solaz cuando menos, aunque sea por pocos segundos y aún menos líneas. Ahora la relajada cuestión deberá versar sobre qué refugio nos puede servir de resguardo ante esta situación y no se nos ocurre otra solución que hacer un breve alto en el camino y reflexionar, pero esta reflexión debe ser completa, debe cerrarse sobre sí misma para así poder tomar el aliento necesario antes de abordar los interesantes asuntos que en la revista, que tenemos el grandioso honor de presentar, desarrollamos. Y es precisamente ésta la labor de la página editorial, es decir, hacer un reparo último, un descanso final antes de arrojarse impetuosamente a escalar las escarpadas laderas de la misión que con orgullo los médicos hemos arrostrado desde tiempos inmemoriales, y que se reproduce a sí misma a partir de los pensamientos de nosotros mismos. Esta es, amables lectores, la misión de la página editorial y, en particular, de ésta. De esta manera, y como antesala al cuerpo de la revista, los invitamos a ustedes, estimados lectores, a acompañarnos a realizar esto que no es sino dar una vuelta sobre sí mismo, sobre el editorial mismo, para tomar el impulso suficiente para leer con profundidad la revista, pues ésta es otra función del editorial; es decir, alentar y, podría incluso decirse, obligar por medio de la persuasión al lector para que ceda algo de su tiempo haciendo posible la realización del fin de cualquier medio de comunicación, como es el caso de la presente revista. Sin embargo, ésta no es una labor fácil sin tener que sintetizar los contenidos de cada artículo, lo que es una labor más propia de una introducción que de un simple editorial, quedando, de esta forma, lisiado de nacimiento, pues es claro que el editorial no puede extenderse lo suficiente para incluir una introducción a cada artículo de la revista y, así las cosas, su labor persuasiva debe apoyarse en un requisito previo a la revista misma que es una comunidad especializada de lectores que, valiendo la redundancia, «lean» la revista constituyendo el contexto necesario para la explicación de los textos que no pueden incluirlo todo, textos donde se incluye el siempre humilde editorial. Por lo dicho, debemos rogarle a usted que nos lee, que apoye los textos viciados con su lectura, crítica y reflexión.

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2005-01-10   |   1,837 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 18 Núm.5. Noviembre-Diciembre 2002 Pags. 213 Med Int Mex 2002; 18(5)