Una de las acepciones de ira –según la Real Academia de la Lengua- es: “Furia o violencia de los elementos”. Cabe entender por furia: la “actividad y violenta agitación de las cosas insensibles”. Es en este sentido que la ira de las infecciones respiratorias agudas (IRA) puede metafóricamente interpretarse como: la violenta agitación o actividad epidémica insensible de estas enfermedades en la población. Tal vez por su relativa frecuencia y aparente benignidad nos hemos acostumbrado a ver con cierta naturalidad estas infecciones, sin embargo, es conveniente resaltar que su presencia en las poblaciones humanas sólo adquiere notoriedad cuando se examinan las tasas que miden los daños a la salud, particularmente cuando estos daños son fetales. A este respecto, es bien conocida la trascendencia de este problema en la infancia; en 1978 Bulla y Hitze estimaban que anualmente morían 660,000 niños, en 88 de los países que informan sus estadísticas vitales a la Organización Mundial de la Salud (OMS); es lícito suponer que este cálculo tenía un amplio margen de error al señalar una cifra media anual: es sabido que de manera secular ocurren ondas epidémicas causadas por virus que de manera esporádicas aparecen en la población, o bien son producidas por otros agentes virales que se caracterizan por su gran capacidad para mutar, como el virus de la influenza. Es por esta rozón que se registran amplias variaciones en la incidencia de estas enfermedades; por ejemplo, hasta la semana 45 del presente año, el número de casos nuevos notificados a las autoridades de Salud en la República Mexicana era de 6,434,623 enfermos, mientras que en 1994, en el mismo lapso, se habían registrado 10,783,441; es decir, casi 4,500,000 enfermos menos.
2004-11-29 | 779 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 62 Núm.6. Noviembre-Diciembre 1995 Pags. 212-213 Rev Mex Pediatr 1995; 62(6)