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INTRODUCCIÓN La hipertensión renovascular (HRV), es una de las causas de hipertensión arterial secundaria que con más frecuencia afecta a la población. Dado que este tipo de hipertensión es de difícil control médico, es necesario identificarla ya que la mayoría de las lesiones causales son progresivas y culminan en un daño renal irreversible. En la actualidad se han simplificado los recursos para llegar al diagnóstico, y las técnicas tanto de laboratorio como de gabinete son de mayor precisión. Definir la hipertensión se considera muy difícil, aunque en los estudios efectuados por las grandes empresas de seguros se han considerado las cifras tensionales de 140 mm Hg (sistólica) y de 90 mm Hg (diastólica) como normales con base en los estudios a largo plazo en los que se demuestra que las cifras mayores a las anotadas se acompañan de un alto índice de mortalidad. La Organización Mundial de la Salud recomienda que, para considerar hipertenso a cualquier paciente, se deben realizar varias tomas de presión en circunstancias diferentes, y que si todas ellas resultan con valores por encima de los anotados se deberá iniciar el tratamiento indicado. La relación entre enfermedades cardiovasculares y renales se sospechó desde el siglo XVIII. En 1898, Tigerstedt y Bergman llamaron la atención sobre sus observaciones de una substancia de origen cortical renal, a la que denominaron “RENINA”, y que produjo como resultado elevación de la presión arterial cuando se inyectó por vía intravenosa. Goldblatt y colaboradores describieron la producción de hipertensión sistólica como resultado de constricción de la arteria renal en el perro. Desde entonces se ha estudiado la relación entre la isquemia renal y el sistema de renina y angiotensina. Es importante recordar que, en general, se debe pensar en HRV cuando la elevación de las cifras tensionales inicia antes de los 30 o después de los 50 años.

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2004-09-29   |   12,929 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 12 Núm.2. Mayo-Agosto 1995 Pags. 93-100 Bol Coleg Mex Urol 1995; 12(2)