La medicina académica, se define como la opción de desarrollo profesional de un médico, donde se conjuga la práctica basada en fuertes evidencias científicas, la docencia constante y la investigación, en cualquiera de sus modalidades. A pesar de ser un campo ampliamente reconocido, cada vez es menos frecuente ver un interés genuino en los médicos que se gradúan, en cuanto a seguir esta opción de desarrollo profesional. Tal incapacidad progresiva por incluir sangre nueva en esta labor va a tener ominosas consecuencias, si se piensa en quienes van a ser los profesores y mentores de los médicos del futuro, y cuáles serán los principios que estos nuevos médicos adopten para su práctica cotidiana. Si se sigue pensando que el mercado va a regular esta parte de la formación profesional, vamos a ver, dentro de poco, médicos carentes de interés investigativo (finalmente, según los administradores, la investigación sólo produce gastos); docente (igualmente se piensa que la docencia es una carga económica para las instituciones); humanista (¿hoy ya no tenemos pacientes sino clientes o usuarios, mañana qué serán?) y crítico (¿cómo va poder disentir y discutir alguien al que nunca le enseñaron a hacerlo y que además, está impedido para hacerlo porque su posibilidad de trabajar depende de su capacidad de integración a un sistema que no tolera la crítica?). Enhorabuena ha surgido una campaña mundial por rescatar la opción de la medicina académica, fortaleciéndola en sus debilidades y proponiendo nuevas alternativas para su crecimiento.
2004-09-28 | 1,043 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 19 Núm.3. Julio-Septiembre 2004 Pags. 153-155 Rev Colomb Cir 2004; 19(3)