Autor: Mancilla Ramírez Javier
Entre las infecciones que sufre el ser humano, las causadas por bacterias son susceptibles de tratamiento mediante antibióticos, siempre y cuando sean sensibles a ellos. Sin embargo, a pesar de que actualmente se cuenta con una variedad muy grande de antibióticos, potentes y efectivos contra muchas bacterias, estas infecciones continúan siendo una de las primeras causas de enfermedad y muerte, sobre todo en etapas extremas de la vida, es decir, en los ancianos y en los recién nacidos (RN). La explicación a esta persistencia de capacidad patogénica se debe a varios factores. Por ejemplo, el uso indiscriminado y la aplicación de antibióticos inadecuados para el tipo de infección que se intenta tratar, han favorecido que las bacterias desarrollen mecanismos de evasión al efecto de estos fármacos, volviéndose resistentes a los antibióticos. Otro factor importante es la capacidad de defensa del organismo humano contra estos agentes infecciosos, es decir, su respuesta inmunológica. Tanto los ancianos como los RN tienen menor capacidad de respuesta inflamatoria a las infecciones, lo cual se traduce en mayor suceptibilidad, mayores complicaciones, secuelas más graves y, consecuentemente, en mayor mortalidad. El RN, especialmente el prematuro, tiene un sistema inmunológico que no ha alcanzado su madurez, debido principalmente a que es un sistema inexperto, ya que no se ha enfrentado a los agentes infecciosos que causan enfermedad en el ser humano y, por lo tanto, no ha desarrollado sus factores de defensa específicos, como son los anticuerpos (inmunoglobulinas) y los linfocitos T.
2004-07-28 | 1,987 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 1 Núm.2. Abril-Septiembre 1995 Pags. 80 Salud Tab 1995; 1(2-3)