Autores: Natera Rey Guillermina, Juárez García Francisco, Tiburcio Sainz Marcela
Estudios realizados en diversas partes del mundo sobre la violencia de pareja han demostrado que éste es un importante problema de salud pública. La mayoría de las investigaciones reflejan que las mujeres se encuentran en una situación de desventaja con respecto al hombre; por ejemplo, en Estados Unidos, su riesgo de morir a causa de haber sufrido una agresión es 8 veces mayor en comparación con el de los hombres, y el riesgo de sufrir agresiones con armas es 7 veces mayor para ellas que para ellos. En México, la investigación epidemiológica al respecto es aún incipiente, en uno de los primeros estudios que se llevaron a cabo en la zona sur de la Ciudad de México, se encontró que 38% de las mujeres había sufrido violencia alguna vez en su vida, tanto emocional como física. Por otro lado, 37% de las mujeres que asisten a servicios de salud en instituciones públicas han sido sometidas a alguna forma de violencia alguna vez en la vida y 21.6% han sido víctimas de violencia por parte de su pareja en el último año. La edad más proclive para ser víctima de violencia es entre los 31 y 45 años de edad y se trata de mujeres con un nivel de instrucción bajo. De acuerdo con la Secretaría de Salud, en México el Estado en que se documentó mayor prevalencia de la violencia, es Quintana Roo; Aguascalientes acusó la prevalencia menor. Dado que en el estudio de la violencia y de sus diferentes formas se presenta un subregistro de casos significativo debido a la naturaleza oculta del fenómeno, es necesario contar con instrumentos validados que permitan evaluar la violencia de forma periódica y confiable. Por tanto, el objetivo de este trabajo es el de presentar la validez factorial de una escala que permita evaluar la violencia inflingida a la mujer por parte de su pareja masculina, en población general. Los datos se obtuvieron de la Tercera Encuesta Nacional de Adicciones, en la que se incluyó una versión adaptada de la escala de evaluación de la violencia hacia la pareja. Esta se aplicó sólo a mujeres urbanas de 18 a 65 años, que tenían pareja al momento de ser entrevistadas o que habían vivido en pareja durante algún periodo de su vida. Se exploraron los episodios de violencia que ocurrieron alguna vez en la vida y en el último año. Se utilizó un muestreo probabilístico estratificado, por conglomerados y por etapas, con base en las Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEB) y el Conteo Nacional de Población de 1995 del INEGI. Se instruyó a los entrevistadores en lo relativo a las especificaciones requeridas para realizar la entrevista, y a guardar la confidencialidad de los datos. Finalmente, se hizo un análisis factorial de la escala de tipo exploratorio con el método de componentes principales y rotación varimax, con el paquete estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS) para Windows versión 10. Se cruzaron los datos sociodemográficos con cada uno de los factores y se aplicó la prueba de X2 para obtener las diferencias. Se determinó la prevalencia de cada uno de dichos factores. Los doce reactivos de la escala se agruparon en dos factores que explican 52% de la varianza total. El primer factor se nombró violencia física y verbal ya que incluye aspectos que implican golpes, gritos y amenazas de golpes a la mujer. El segundo factor se denominó amenazas de suicidio y de muerte. Posteriormente se hizo un análisis factorial confirmatorio (programa EQS para Windows v6). El coeficiente de consistencia interna alfa de Cronbach fue igual a 0.86 para el factor de violencia física y verbal y a 0.68 para el de amenazas de muerte y suicidio. Se observó que la violencia física y verbal es significativamente mayor en el caso de mujeres con menor escolaridad, menores ingresos, separadas o divorciadas, que mencionan no pertenecer a alguna religión y que tuvieron antecedentes de violencia en su familia de origen. Las mujeres separadas o divorciadas y las que tienen antecedentes de violencia en su familia de origen documentaron más amenazas de suicidio y de muerte. La contribución de este trabajo es la escala utilizada para medir situaciones que implican violencia emocional y física hacia las mujeres. Es importante que los datos favorezcan el desarrollo de políticas que protejan a los hijos y en especial, se deben proporcionar apoyos especializados a las víctimas y a los victimarios.
Palabras clave: Violencia conyugal validez factorial México.
2004-07-20 | 1,562 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 27 Núm.2. Marzo-Abril 2004 Pags. 31-38 Salud Ment 2004; 27(2)