Resumen

Objetivo: El objetivo fue describir qué estudios paraclínicos se utilizaron para la determinación de la posible fuente embolígena, e investigar si se realizó un diagnóstico etiológico de la misma a fin de proporcionar tratamiento específico y evitar la recidiva. Diseño: Se trata de un estudio descriptivo, observacional y retrospectivo. Material y métodos: Se realizó un análisis de los expedientes clínicos de 31 pacientes que ingresaron a nuestro hospital con diagnóstico de insuficiencia arterial aguda en el periodo de abril de 2000 a abril de 2003, y que fueron sometidos a tromboembolectomía quirúrgica. Resultados: Sólo 26 de los 31 pacientes tenían consignados los resultados de los estudios paraclínicos básicos (electrocardiograma, tele de tórax). Los pacientes en quienes se obtuvo un diagnóstico preciso de la fuente embolígena se obtuvo el mismo por medio de tomografía axial computarizada (TAC) y evidencia clínica. Sin embargo, sólo a 18 pacientes se les realizó ecocardiografía transtorácica o transesofágica, y sólo a 10 TAC, arteriografía y/o USG Doppler dúplex. Sólo en la mitad de los pacientes obtuvimos un diagnóstico de la fuente embolígena, determinándose de origen cardiaco en ocho de ellos y el resto de etiología arterial. Sin embargo, sólo en dos de ellos se determinó el diagnóstico con certeza, lo que les confirió el beneficio de un tratamiento dirigido y específico de la fuente embolígena limitando la posibilidad de recidivas. Nuestro centro presenta un porcentaje elevado (50%) de pacientes sin diagnóstico etiológico del fenómeno embólico. Además, en 75% de los pacientes con diagnóstico etiológico éste tiene un carácter presuntivo. Conclusiones: Aunque la mayoría (80 a 85%) de los eventos embólicos arteriales periféricos se han atribuido tradicionalmente a una fuente cardiaca (85%) es de esperarse que exista un porcentaje significativo de macro y microembolismos de etiología arterial, como aneurismas y aterosclerosis aortoilíacas. La precisión en el diagnóstico etiológico de la fuente embolígena determinará el tratamiento final que habremos de ofrecer a nuestro paciente, sea quirúrgico o no, y la necesidad de anticoagulación crónica. Es por ello que debemos ser más enfáticos en agotar toda la batería de estudios paraclínicos sin escatimar esfuerzos por precisar lo anterior y otorgar el tratamiento específico, disminuyendo así el riesgo de eventos embólicos de repetición.

Palabras clave: Insuficiencia arterial aguda embolismos.

2004-06-22   |   3,069 visitas   |   3 valoraciones

Vol. 32 Núm.2. Abril-Junio 2004 Pags. 35-43 Rev Mex Angiol 2004; 32(2)