Autor: Sandoval Parra Rafael
El doctor don Jaime Woolrich Domínguez, fue maestro muy querido y respetado en mi preparación de hombre y de la especialidad, al igual que otros compañeros que tuvimos el honor de recibir sus valiosos conocimientos. Su sensibilidad y destacada calidad humana, llena de dignidad y gran humor por la vida, en la cual se desenvolvía su fuerte personalidad, nos invitaba constantemente a la superación personal y médica para admirarlo como un gigante de la medicina mexicana. Me hacía sentir pequeño ante la fuerza incontenible de su coraje humano y de su deseo de que los mexicanos fuéramos mejores cada vez. En este caso, esos jóvenes residentes de Urología, que constituíamos la primera generación oficial, que cuidó con amor paternal el inolvidable maestro don Aquilino Villanueva, fundador de la urología mexicana, allá por los años 30, en el Pabellón Cinco del Hospital General de la Ciudad de México. El doctor Woolrich tuvo una antigüedad en el mencionado hospital desde 1947 y como docente desde 1948, en que, además de ser profesor titular de la cátedra de Clínica de Urología, fue jefe del Servicio por Concurso, jefe de la Unidad de Urología y presidente de la Academia de Medicina. Nuestro Colegio tuvo la fortuna de contar con su presencia en una reunión anual llevada a cabo en la ciudad de Monterrey, N. L., México, en la cual se le puede apreciar en la foto adjunta, en compañía del doctor Rodríguez Lemus y de quien escribe el presente.
2004-03-11 | 1,357 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 17 Núm.2. Abril-Junio 2002 Pags. 61-63 Bol Coleg Mex Urol 2002; 17(2)