Autor: López Espinosa José Antonio
Hace 170 años, el 3 de diciembre de 1833, nació en la ciudad de Puerto Príncipe un niño que con el tiempo se convirtió en la figura cimera de la medicina latinoamericana. Al cabo de casi medio siglo después ese niño, hecho entonces todo un científico, dio a conocer al mundo su magistral teoría acerca del mosquito como agente transmisor de la fiebre amarilla; ocasión que sirvió para que tanto en la medicina preventiva como en la medicina tropical se vislumbrara un brillante porvenir. Carlos J. Finlay más que el empírico que emitió una teoría ingeniosa o un postulado con ribetes de originalidad, fue el sabio genial y clarividente creador de una doctrina con verdadero carácter de sistema, que necesariamente tenía que culminar en un resonante triunfo, por cuanto su quehacer se apoyaba sólidamente en una medicina basada en la evidencia de sus rigurosas observaciones.
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2004-02-09 | 901 visitas | 1 valoraciones
Vol. 11 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2003 Pags. . Acimed 2003; 11(6)