Perspectivas de la pediatría del Uruguay para el nuevo milenio

Autor: Gentile Ramos Irma

Fragmento

LA PEDIATRÍA, MEDICINA del hombre desde la concepción hasta su pasaje a la adultez, es la medicina de la edad evolutiva; cabalga sobre el crecimiento y el desarrollo. El centro de su interés es un ser que deviene, alguien cuyo mandato imperativo consiste en crecer, desarrollarse, madurar, aprender y socializarse. Cada niño es la síntesis irrepetible de fenómenos biológicos, psicológicos y sociales. Merced a un rico proceso de acuñamiento el producto de seres, cosas y acontecimientos se convertirá, a su vez, en productor de seres, cosas y aconteceres. Nada de ello es fácil ni ocurre por gracia divina. En un mundo creado por y para los adultos, nacer, crecer e integrarse con felicidad a la sociedad general es una aventura harto difícil. Lo es para los niños deseados, concebidos y esperados con amor y, más aún, para los malqueridos que llegan por casualidad y al margen de todos los programas. El amparo, el amor, la seguridad y el estímulo para acciones progresivas dependerán de su entorno y la pareja humana y la familia que los acojan. Por eso es imposible concebir a la pediatría deslindada de otros cometidos como los que cumplen la puericultura, arte de la buena crianza y la pediatría social. Como ha dicho tan bellamente Florencio Escardó (1962)* “el niño es el hombre en el máximo estado de indefensión y sin posibilidad de valimiento directo en el juego social; nada puede entenderse de él sin comprenderlo y sin manejarlo según su situación básica construida por la biología. Cada niño lleva incanjeablemente su comunidad consigo”. Alguien cuyo nombre se perdió en el anonimato de los siglos dijo un día que “la medicina algunas veces cura, frecuentemente alivia y siempre consuela”. Lamentablemente, no obstante los grandes avances del conocimiento y la práctica, quedan muchos problemas sin resolver,incluso los producidos por ciertos progresos, como la iatrogenia, la compulsión médica y su incapacidad para consolar.

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2004-01-27   |   697 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 73 Núm.3. Julio 2002 Pags. 123-125. Arch Pediatr Urug 2002; 73(3)