Autores: Martínez Sibaja Cristina, González Santes Mario, Ortigoza Gutiérrez Sara, Torres Valencia Maria del Carmen , Gómez Rascón Liz Ariadna, Marcial Cámpos Andrés Marcial
Introducción
En las últimas décadas se ha observado que la población mundial está envejeciendo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que para la siguiente década, la población mayor de 60 años crecerá en un 56%, esperándose para Latinoamérica y el Caribe la cifras más altas a nivel mundial (71%)(1), previéndose que en nuestro país pudiese aumentar hasta un 159%(2). Se estima que en México, el 50% de los adultos mayores residen en asilos(3). El envejecimiento normal conlleva una serie de cambios cognitivos que se hacen más evidentes a partir de los 60 años. Uno de estos es la pérdida sutil del rendimiento cognitivo y funcional, aun sin enfermedades asociadas, que dependen de factores fisiológicos (edad, sexo) y ambientales (nivel educativo, la actividad física y enfermedades) (1,4). La memoria de trabajo, la episódica y la prospectiva son las funciones de la memoria que se ven mayormente afectadas(5). La Guía de Práctica Clínica define al deterioro cognitivo como un síndrome clínico que se caracteriza por la pérdida de las funciones mentales y que en el paciente geriátrico tiende a ser de causa multifactorial(6). De acuerdo con la literatura, se estima que este padecimiento tiene una prevalencia mayor al 40% en pacientes mayores(9), esto puede variar dependiendo de la población y criterios utilizados, a su vez se ha encontrado que hay una incidencia de 8-58 por 1,000 personas/año(10). Las manifestaciones clínicas del deterioro cognitivo se presentan gradualmente y de forma insidiosa. Entre las manifestaciones más comunes que pueden hacer sospechar al cuidador, familiar o personal de salud son: signos de auto negligencia (pérdida de peso sin explicación, higiene, aseo), confusión, dificultad para seguir órdenes, presencia de fracturas o caídas inexplicables y padecimientos psiquiátricos como depresión o delirio(11-12). El Mini Examen del Estado Mental (MMSE) es una prueba que diseñó Folstein en 1975, que se utiliza como una herramienta de tamizaje cognitivo en quienes se sospecha deterioro cognitivo leve, demencia o trastornos psiquiátricos. No se considera diagnóstica y puede verse influida por factores como el nivel educativo. Hoy en día sigue siendo la evaluación más utilizada y con gran reconocimiento a nivel mundial, puesto que es una prueba de fácil aplicación y exacta, con un 88.3% de sensibilidad y 86.2% de especificidad(1,7,8). Sus debilidades son que tiene baja sensibilidad para detección de deterioro cognitivo leve (DCL)(14) y que puede verse influido por factores sociodemográficos como la edad y la escolaridad(7,13). Autores latinoamericanos como Poblete y cols, así como Lazo y cols, consideran que hay deterioro cognitivo, solo si la persona obtiene una puntuación <12 en la prueba MMSE, esto debido a las altas tasas de analfabetismo que persisten en los países subdesarrollados(15,16).
Material y métodos
Se realizó un estudio prospectivo, observacional, descriptivo y transversal en la población mayor de 65 años que habita en 6 asilos de la zona conurbada Veracruz – Boca del Río. La muestra fue seleccionada de manera no aleatoria por método de conveniencia. Se procedió a la aplicación de los instrumentos de recolección de datos entre los residentes de los tres asilos, de acuerdo con los criterios establecidos para este estudio. Se incluyeron pacientes de 65 años o más, que habi taran uno de los asilos a evaluarse y que fueran capaces de responder la prueba MMSE. Se excluyeron pacientes con demencia, secuelas de enfermedad cerebrovascular, así como adulos totalmente dependientes. Se eliminó del estudio los pacientes que no concluyeron la prueba MMSE o que se niegan a participar en el estudio. Se determinó el nivel de deterioro cognitivo que tienen los residentes de los asilos a través del Examen Mini-Mental (Mini Mental State Examination-MMSE-)(12), el cual consta de 5 grupos de preguntas que se clasifican de la siguiente manera: Orientación temporal (máx. 5 puntos), orientación espacial (máx. 5puntos), fijación recuerdo inmediato (máx. 3 puntos), atención cálculo (máx. 5 puntos), recuerdo diferido (máx. 3), lenguaje (máx. 9). Puntuación total máxima 30 puntos.
El deterioro se evaluó de la siguiente manera:
• 30-26 puntos: Normal
• 25-20 puntos: Deterioro cognitivo leve
• 19-10 puntos: Deterioro cognitivo moderado
• <9 puntos: Deterioro cognitivo severo
Se estudiaron 68 individuos, los cuales se distribuyeron en 4 grupos de edad, primer grupo de 64-74 años, segundo grupo de 75-84 años, tercer grupo de 85-94 años y el cuarto grupo con más de 95 años.
El análisis estadístico de los resultados se realizó mediante el programa IBM SPSS 25.0, con medidas de tendencia central y chi cuadrada.
Resultados
Se evaluaron a 68 personas de 6 asilos de la zona conurbada Veracruz – Boca del Río. De los 68 individuos, 35.3% (24) correspondieron a hombres y 64.7% (44) mujeres. La edad promedio fue de 78.8±9.9, 25% de los casos la edad fue de 70.00 años y hasta el 75% de 87.75 años con un IC 95% (76.46-81.26) La prevalencia del deterioro cognitivo fue de 57.3% (33) de ancianos asilados de los 68 estudiados, de los cuales 26 pacientes (38.2%) mostraron deterioro cognitivo leve, 12 (17.6%) deterioro cognitivo moderado y 1 (1.5%) deterioro cognitivo severo (Tabla 1). Doce ancianos (41.4%) del grupo de 64-74 años no presentan deterioro cognitivo, al igual que 13 pacientes (44.8%) del grupo de 75-84 años. Se encontró un caso de deterioro cognitivo severo perteneciendo al grupo de 75- 84 años. Los resultados fueron estadísticamente no significativos (p>0.05), tabla 2. Veintiún pacientes asilados tenían diagnóstico de diabetes mellitus, 9 (42.9%) no tuvieron deterioro cognitivo y 8 (38.1%) deterioro cognitivo leve. De los 27 que presentaban hipertensión arterial sistémica 15 (55.6%) no presentaron deterioro cognitivo. De los 20 que tenían trastorno depresivo mayor, 8 (40%) no presentaban deterioro cognitivo y 7 (35%) deterioro cognitivo leve. Ninguno de estos resultados fue estadísticamente significativo (p>0.05) (Tabla 3) De los ancianos examinados con deterioro cognitivo leve, 19 (73.1%) recibían visitas familiares, de igual forma que 9 (75%) con deterioro cognitivo moderado y el 1 (100%) con deterioro cognitivo severo (p>0.05)
Discusión
En todo el sureste de México se ha realizado una sola vez un estudio sobre deterioro cognitivo y hasta la fecha no se han realizado estudios que evalúen el funcionamiento cognitivo dentro de la población del estado de Veracruz, motivo por el cual este estudio es relevante. Arjona-Villicaña RD y colaboradores informaron una prevalencia del deterioro cognitivo de 7.19% de acuerdo con el MMSE en la población perteneciente a participantes de la encuesta multidimensional SABE de la OPS, en la ciudad de Mérida, Yucatán; mientras que Camargo-Hernández y colaboradores una prevalencia del 66.7%. En contraste con la encontrada en este estudio que fue de 57.3% de la población estudiada. (5,17) Como ya ha sido mencionado previamente, el deterioro cognitivo tiende a tener una mayor frecuencia de presentación conforme la edad avanza, como la prevalencia de 73% encontrada por Camargo-Hernández y colaboradores en una población con rango de edad entre 75-94 años; de igual forma Arjona-Villicaña y colaboradores documentaron una relación con una edad mayor, mientras que en esta investigación se observó que la población inicia el deterioro cognitivo desde los 65 a 74 años de edad, ya que de 26 estudiados resultaron 14.7% con deterioro cognitivo leve, mientras que en el grupo de 75 a 84 años de 21 estudiados 6 (8.82%) lo presentaron , aunque parece haber una tendencia a incrementarse según la edad, este resultado no fue significativo. La diabetes y el deterioro cognitivo son dos enfermedades cuyas prevalencias aumentan conforme se incrementa la edad. En el estudio de Arjona-Villicaña se documentó de una persistencia en la asociación entre diabetes y deterioro en mujeres, además Jurado M y colaboradores mostraron que los pacientes diabéticos tenían un desempeño inferior durante la evaluación de tareas cognitivas. Nuestro estudio demuestra que 12 (57.1%) de los diabéticos tuvieron algún grado deterioro cognitivo. Camargo-Hernández y colaboradores reportaron que, de su población estudiada, la mayoría presentaba enfermedades cardiovasculares, aunque dentro de nuestra investigación el 55.6% de hipertensos no presenta algún nivel de deterioro. La presencia de trastorno depresivo mayor eleva la probabilidad de presentar un mayor nivel de deterioro cognitivo, Poblete y colaboradores demostraron que en su población de estudio 86.7% tienen deterioro cognitivo leve y solo 16.6% depresión leve. En esta investigación, de la población con trastorno depresivo mayor, el 60% tenía algún grado de deterioro cognitivo. Dentro de nuestro estudio, con el parámetro de la escolaridad, destacamos que el 42.3% de los ancianos con primaria completa presentan un nivel de deterioro cognitivo leve, semejante con lo reportado por Robles y colaboradores, que en su asociación de mala situación social (dentro de la que se engloba a un bajo nivel de escolaridad) el 38% de los sujetos presentaba deterioro cognitivo. No tener contacto familiar o no recibir visitas familiares en un asilo eleva la probabilidad de presentar un mayor nivel de deterioro cognitivo, sin embargo, no encontramos estadística relevante que hiciera una correlación entre estos dos parámetros. Es probable que el tamaño de la muestra no permitió tener ningún resultado que fuera significativo.
Palabras clave: Deterioro cognitivo Mini examen del estado mental Envejecimiento Factores de riesgo.
2021-09-11 | 755 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 14 Núm.2. Julio-Diciembre 2019 Pags. 46-49 Rev Invest Cien Sal 2019; 14(2)