Autores: Tena Tamayo Carlos, Agnes Smolinska Susanne
El hospital es un espacio al que se acude para trabajar, y en el caso de los pacientes y sus acompañantes, por necesidad. Los enfermos lo hacen sobre todo para recibir consulta por un médico especialista, para que se les realice un estudio de laboratorio o gabinete, recibir tratamiento ambulatorio, como hemodiálisis, quimioterapia, radioterapia, o para ser hospitalizados con el fin de recibir el mejor tratamiento médico o quirúrgico. Las personas saben que en un hospital público es muy probable que se encuentren con un ambiente de tristeza, dolor e incertidumbre, y que con frecuencia tendrán que soportar largas horas de espera, las cuales serán tediosas y se acompañarán de quejidos y olores que caracterizan a un nosocomio, lo cual propiciará incomodidad, desesperación y mal humor. Pero esto a nadie sorprende, todos lo saben y aceptan; así es un hospital público. En el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío (HRAEB) nos preguntamos si deberíamos seguir aceptando ese paradigma de hospital. Consideramos que en el nuestro ya existen situaciones que le permiten ser identificado como un hospital diferente. La alta calidad de los profesionistas de la salud y el trato que el personal otorga a los enfermos armoniza con un edificio que tiene un mobiliario en buenas condiciones y espacios amplios, iluminados, limpios y ordenados. No obstante, aunque todo eso resulta fundamental e importante, advertimos que podríamos ofrecer algo más, así que tomamos la decisión de convertir varias zonas del hospital en espacios de expresión artística.
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2017-12-21 | 468 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 10 Núm.2. Abril-Junio 2017 Pags. 45-46 Hosp Medicin Clinic Manag 2017; 10(2)