Efectos de la ingesta de Plukenetia volubilis Linneo o 'Sacha inchi' en el perfil lipídico de adultos jóvenes

Autores: Huamán Saavedra Juan Jorge, Fogel Silva Boris Eltsin, Escobar Pairazamán Patricia Isabel, Castillo Minaya Karen Yanet

Resumen

Introducción: El "Sacha inchi" es la mejor fuente vegetal de omega 3 (45-55%), y el más rico en ácidos grasos insaturados (35-60%). Objetivo: Determinar el efecto del Plukenetia volubilis Linneo o "Sacha inchi" en el perfil lipídico, de adultos jóvenes. Método: Diseño experimental que consta de 28 participantes, estudiantes de Medicina entre 18 y 25 años divididos aleatoriamente en 2 grupos: control y experimental; el segundo recibió 30 gramos diarios de Plukenetia volubilis Linneo o "Sacha inchi" durante 6 semanas. Se determinó el perfil lipídico por métodos enzimáticos, así como el peso y la ingesta calórica: al inicio, a las 3 y 6 semanas de tratamiento. Resultados: Grupo control al inicio: colesterol 175,09 mg/dl, triglicéridos 130,73 mg/dl, HDL 36,78 mg/dl, LDL 112,16 mg/dl; a las 6 semanas de tratamiento: colesterol 184,87 mg/dl, triglicéridos 123,21mg/dl, HDL 42,04 mg/dl, LDL 118,19 mg/dl. Grupo experimental al inicio: colesterol 179,31mg/dl, triglicéridos 123,68 mg/dl, HDL 41,64 mg/dl, LDL 112.94 mg/dl; a las 6 semanas: colesterol 155,22 mg/dl, triglicéridos 78,69 mg/dl, HDL 49,54 mg/dl, LDL 89,95 mg/dl. El grupo experimental tuvo una disminución significativa de colesterol de 14,02%, LDL 20,48% y de triglicéridos 36,37% respecto a los valores iniciales y los cambios fueron también significativos respecto al grupo control. No se observaron cambios significativos en el peso ni en la ingesta calórica. Interpretación: El consumo de Plukenetia volubilis Linneo o "Sacha inchi" reduce los niveles de Triglicéridos, colesterol, LDL y aumenta los niveles de HDL en adultos jóvenes.

Palabras clave: Lípidos; ácidos grasos ácidos grasos omega-3.

2012-12-06   |   1,032 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 29 Núm.3. Julio-Septiembre 2012 Pags. 155-160 Act Méd Per 2012; 29(3)