Autor: Feldman Steven A
En 1859, en Alemania fue sintetizado por primera vez el ácido salicílico. Desde entonces han aparecido numerosos medicamentos que comparten las propiedades terapéuticas y efectos secundarios de este fármaco, y por ende han sido agrupados bajo la denominación de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), para diferenciarlos de los glucocorticoides, la otra familia cuyas propiedades antiinflamatorias son reconocidas. Sin embargo, durante muchos años el mecanismo de acción de tales sustancias era desconocido, a pesar de que la similitud de sus efectos dejaba entrever que todos actuaban por una misma vía. El descubrimiento de las prostaglandinas en los años 70 y la posterior identificación del bloqueo de la producción de las mismas al inhibir la enzima responsable de su síntesis, dieron la pauta para aclarar el mecanismo de acción de esta familia terapéutica. En forma paralela a los beneficios observados desde 1938, ya era evidente que el ácido salicílico era una sustancia lesiva para la mucosa gástrica. Los descubrimientos posteriores de nuevos fármacos confirmaron que lo mismo ocurría con los demás miembros del grupo. Un gran paso hacia la comprensión de las acciones tanto benéficas como lesivas de los antiinflamatorios fue el reconocimiento de la participación de la ciclooxigenasa en ambos tipos de evento, y la manera como ésta aumentaba su producción ante estímulos inflamatorios determinando el incremento en la producción de prostaglandinas.
2007-01-22 | 4,071 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 3 Núm.29. Diciembre 2006 Pags. 8 Odont Moder 2006; 3(29)