Autor: González Garza José Luis
Mi vida cambió radicalmente con el accidente. Yo era estudiante de ingeniería, nacido en una familia de intelectuales (mi padre es pintor) y con una felicidad promedio. Después del choque, de repente ya no tenía seguro nada. El accidente me dejó como secuela parálisis del lado izquierdo de mi cuerpo, a la que te puedes adaptar, pero no a las convulsiones. Yo nunca había tenido experiencia con éstas. Como todos, tenía ideas acerca de los “ataques”, pero se me hacían tan lejanos, y pensaba que era imposible que me llegaran a pasar y nunca me preocuparon. Cuando me aparecieron no sabía lo que me pasaba. Sentía algo extraño y después me desmayaba para recuperar la conciencia minutos más tarde con dolor de cabeza, la lengua mordida, golpes en la cara y en el cuerpo, y una sensación de vergüenza, impotencia e inseguridad enorme.
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2003-05-19 | 4,249 visitas | 1 valoraciones
Vol. 5 Núm.18. Enero-Marzo 2003 Pags. 72-73. Med Univer 2003; 5(18)