Enero 2003 Dra. Raquel Gerson Editora de la revista Anales Médicos Muy estimada Sra. Editora: Leí con interés los resultados preliminares y realistas obtenidos mediante la aplicación de un nuevo medicamento (gemcitabina), a fin de tratar a un grupo de 20 pacientes enfermos del cáncer de páncreas. [Anales Médicos 2002; 47 (4): 211-216]. Esta malignidad es singularmente cruel. Sus manifestaciones iniciales inespecíficas impiden habitualmente que pueda establecerse el diagnóstico temprano y el tratamiento quirúrgico (pancreatoduodenoctomía) es ordinariamente seguido de fracasos en porcentajes inaceptables, en los escasos ejemplos susceptibles de someterse a cirugía. Yo no soy oncólogo, pero cuando ejercí activamente la ginecología tuve oportunidad de conocer pacientes, amigos y colegas enfermos y me impresionó su indescriptible sufrimiento, profundo y desolador deterioro a corto plazo. ¡Qué me quiten el dolor¡ recuerdo este clamor que escuchaba de una paciente muy querida y cuyo tratamiento estaba limitado a radiaciones y morfina. ¡No había otro recurso! El conocimiento realista de los resultados obtenidos, con énfasis en sus limitaciones, indicados en el escrito que estoy comentando, despierta entusiasmo, porque además de mejorar la calidad de vida, hay disminución considerable de los temibles efectos secundarios indeseables que suelen seguir al uso apropiado de la quimioterapia, en términos generales. El término quimioterapia se asocia habitualmente a una fuente interminable de sufrimientos, efectos secundarios inconvenientes e intolerables, altos costos y lamentable deterioro de la calidad de vida. Se dejan sin mencionar sus virtudes terapéuticas curativas y paliativas, de las que anteriormente estaban privados los pacientes. El notable progreso de la medicina en las últimas cuatro décadas me induce a fundamentar mi esperanza para la obtención de medicamentos que superen sus actuales limitaciones y proporcionen beneficios crecientes a estos enfermos. ¡Qué bueno es que nuestro Hospital ABC cuente con médicos honestos, realistas y que huyen de comunicar resultados fantasiosos que despiertan injustas y censurables esperanzas en los pacientes! ¡Así debe Ser!
Atentamente Dr. Raúl Fernández Doblado Profesor Emérito de la Escuela Médico Militar, Miembro Emérito del Hospital y de la Asociación Médica del Hospital ABC.
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2003-01-18 | 811 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 48 Núm.1. Enero-Marzo 2003 Pags. 77. An Med Asoc Med Hosp ABC 2003; 48(1)